1/32 Henschel Hs 123A-1

ICM 1/32 Henschel Hs 123A-1

Serial production of the Hs 123 aircraft began in September 1936. Its main purpose was to provide air support for ground forces, with armament consisting of two synchronized machine guns and bombs weighing up to 450 kg. The Hs 123 was supplied to infantry direct support aircraft groups and widely used by training units. During World War II, these aircraft demonstrated high survivability while being deployed in the invasion of Poland, and later in France and the Balkans. Early production models were distinguishable by the absence of a fairing behind the pilot’s cockpit.

In the summer of 1938, an interesting story unfolded involving one such Hs 123. Lieutenant Siegfried Hamann, the adjutant of the 3./Fliegergruppe 50 commander who had no formal pilot training, secretly learned to fly the aircraft and later confessed this to his commander. Given permission to demonstrate his skills, Hamann was provided with an Hs 123 that ground personnel had painted with large, whimsical inscriptions of a humorous and skeptical nature—expressing their disbelief in his abilities. Despite this skepticism, Hamann’s flight was successful, proving his capabilities and earning him status as a full-fledged pilot. By 1939, he had joined III./St.G2 as a pilot and participated in the attack on Poland.

ICM 1/32 Henschel Hs 123A-1

La producción en serie del avión Hs 123 comenzó en septiembre de 1936. Su objetivo principal era proporcionar apoyo aéreo a las fuerzas terrestres, con un armamento compuesto por dos ametralladoras sincronizadas y bombas de hasta 450 kg. El Hs 123 se suministró a grupos de aviones de apoyo directo a la infantería y fue ampliamente utilizado por unidades de entrenamiento. Durante la Segunda Guerra Mundial, estos aviones demostraron una gran capacidad de supervivencia al ser desplegados en la invasión de Polonia y, más tarde, en Francia y los Balcanes. Los primeros modelos de producción se distinguían por la ausencia de un carenado detrás de la cabina del piloto.

En el verano de 1938, se desarrolló una interesante historia relacionada con uno de estos Hs 123. El teniente Siegfried Hamann, ayudante del comandante del 3./Fliegergruppe 50, que no tenía formación oficial como piloto, aprendió a volar el avión en secreto y más tarde se lo confesó a su comandante. Tras recibir permiso para demostrar sus habilidades, a Hamann se le proporcionó un Hs 123 que el personal de tierra había pintado con grandes inscripciones caprichosas de carácter humorístico y escéptico, expresando su incredulidad en sus habilidades. A pesar de este escepticismo, el vuelo de Hamann fue un éxito, lo que demostró sus capacidades y le valió el estatus de piloto de pleno derecho. En 1939, se unió al III./St.G2 como piloto y participó en el ataque a Polonia.